Las abejas son uno de los insectos más importantes para el cuidado y desarrollo del medio ambiente y la seguridad alimentaria a nivel mundial. Son solo uno de los muchos polinizadores que existen en el planeta, pero a su vez son los más conocidos por esta función.
En ese sentido, es fundamental protegerlos y promover acciones que estén enfocadas en que mantengan su diversidad, mientras cumplen su función en los ecosistemas.
El Día Mundial de las Abejas nace como una iniciativa del Gobierno de Eslovenia, que es un país con mucha tradición en apicultura. Debido a que estas pequeñas polinizadoras están presentes en todo el mundo, desde el 2018 cada 20 de mayo se celebra este día. Según la ONU, la conmemoración busca “crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribuciones al desarrollo sostenible”.
De una forma u otra, el mundo depende grandemente de las abejas y su rol como polinizadoras, pues ayudan a resolver parte de los problemas de suministro de alimentos en muchos países. Estas son indispensables para conservar de forma correcta la biodiversidad y reproducción de gran cantidad de cultivos.
¿Por qué las abejas y otros polinizadores son importantes para la agricultura?
Un pilar fundamental de la agricultura son los organismos polinizadores. Las aves, mamíferos e insectos, como las mariposas y abejas, son los encargados de que el polen de las plantas ingrese al óvulo para polinizarlas, fecundarlas y generar el proceso de formación de semillas y frutos. Esta acción simple, pero valiosa, es la que permite que las plantas alógamas (que no pueden autofecundarse) puedan producir semillas y frutos; y que las plantas Autógamas (que si pueden auto fecundarse) produzcan frutos en mayor abundancia y con mejor calidad.
De los distintos organismos polinizadores, las abejas se consideran de las especies más importantes debido a su alta tasa de polinización y al número de plantas que visitan a diario. De igual forma, son importantes porque producen la miel como resultado de su acción polinizadora. Este producto sirve como alimento y puede comercializarse fácilmente, generando de esa manera ingresos para los apicultores (Productor de abejas).
Grandes aportes de los polinizadores
Las abejas, como se mencionó con anterioridad, son cruciales para la preservación de los ecosistemas, la agricultura, la productividad y por ende, de la seguridad alimentaria. De los cultivos comerciales destinados para la alimentación humana, aproximadamente el 75% depende del proceso de la polinización.
Las abejas ayudan a aumentar la productividad de las parcelas donde polinizan. Por ejemplo, una parcela de café puede incrementar su productividad si cuenta con colmenas dentro del área cultivada, por el contrario, a las parcelas en donde no hay colmenas. Además, estos insectos también pueden mejorar la cantidad de frutos y la calidad que puede producir una planta.
Clasificación de las abejas
Aunque las abejas más conocidas son las Apis mellifera, que son las que se han domesticado y se utilizan para la producción de miel a nivel comercial e industrial, existen otros tipos de abejas que producen miel en menor cantidad. Un ejemplo de estos son las abejas nativas sin aguijón, que producen miel con propiedades medicinales y son originarias de Mesoamérica, principalmente en el sur de México y el norte de Guatemala. Estas cumplen con un rol relevante en la preservación de los ecosistemas de los bosques naturales.
Solo en Guatemala, se reportan 380 especies, de las cuales 33 son abejas nativas sin aguijón.
Las abejas también se clasifican en castas, según su función dentro de la colmena. Las abejas obreras son las encargadas de mantener la colmena por medio de la recolección de polen de flores y formación de la miel. Los zánganos son los encargados de copular con la reina para fines reproductivos y la reina dirige la colmena y es la encargada de la reproducción.
Acciones para proteger a las abejas
Debido a la importancia de estas pequeñas polinizadoras para mantener un equilibrio y buen desarrollo de los ecosistemas y cultivos, se deben procurar fomentar actividades que las protejan, controlen su declive y detengan la pérdida de biodiversidad en el planeta. Algunas actividades que protegen no solo a las abejas, sino también a otros polinizadores son:
- Hacer uso responsable de los agroinsumos que se utilizan en la agricultura
- Diversificar parcelas productivas para proveer de diversas fuentes de alimento a las abejas y demás organismos polinizadores.
- Cultivar especies atractivas a las abejas para que puedan continuar con su actividad polinizadora.
- Respetar los ecosistemas y evitar perturbarlos cambiando el uso del suelo o los cultivos nativos de la zona.
- Consumir miel de productores que se dedican a la apicultura y a la conservación de las abejas.